Somos ciudadanos de una nueva era, somos los nuevos pobladores del planeta, autodidactas, independientes, librepensadores, seres creativos por naturaleza que dejamos fluir nuestra creatividad naturalmente por nuestro ser hacia el mundo exterior. Somos conscientes de que la creatividad es un talento natural, que es la esencia de la vida, de la evolución, de la conciencia, de la naturaleza y de la materia.
No hacemos lo que hacemos por el reconocimiento de los demás, aún menos del de quienes no conocemos. La expresión de nuestra esencia creativa no va de la mano con un sistema generalizado y homogéneo de “premio” y “castigo”. Dejamos atrás los viejos paradigmas que le dan muy poco valor al juego y a la diversión y en su lugar sobreestiman el “aprendizaje”, la “técnica”, la “seriedad” y el “ganarse la vida”. Nos dice poco el modelo existente de autoridad, basado en jerarquías y en reglas y órdenes preestablecidos, sin afinidad alguna con la realidad del momento y el contexto.
Sabemos que somos almas inteligentes y creativas, seres integrales y talentosos. El énfasis de nuestro aprendizaje está en las ideas y no en las fórmulas; en la integralidad y no en los fragmentos; en el significado y no en la sola mecánica. No necesitamos memorizar contenidos, ni competir por el conocimiento. Reconocemos la diferencia entre ser verbalmente ágiles y tener la habilidad de decir y aportar algo nuevo. Aprendemos de las experiencias y utilizamos cabalmente nuestra capacidad de explorar, reconocemos nuestras múltiples dimensiones cognitivas y que podemos desarrollarlas integralmente para que co-participen en nuestra expresión.
Sabemos que el aprendizaje se construye sacando de adentro, recordando quienes somos, y no introduciendo información de fuera. Por eso solo aprendemos a través del ejemplo y nuestros maestros son todos aquellos que nos inspiran a través de su ejemplo. Nuestra visión de desarrollo y éxito no está relacionada con escalar una pirámide vertical de jerarquías, sino con la expansión del bienestar colectivo basado en relaciones horizontales. Nuestro propósito se fundamenta en una conciencia colectiva y no individual.
Creemos en nuestros sueños y los materializamos. No somos consumidores pasivos de contenidos; producimos y circulamos nuestros propios mensajes. Sabemos que las ideas no son de nuestra propiedad y que deben fluir como el agua. Somos emprendedores, compartimos el conocimiento y colaboramos para crear conjuntamente.
Nuestro hogar no es un país, nuestro hogar es un planeta. Vivimos en conexión con la naturaleza. Nos preocupa el bienestar de la tierra, pues sabemos que somos parte de ella. Somos seres interconectados en redes planetarias -“noosferas”-, sabemos usar las tecnologías para comunicarnos y para extender a través de ellas nuestro cuerpo y nuestra mente. No nos limitan las fronteras geográficas, mucho menos las culturales.
Valoramos nuestras identidades locales y nos comunicamos en lenguajes globales, entendemos el poder de la diversidad y practicamos la tolerancia porque reconocemos en el otro el valor de lo humano. Somos sembradores de esperanza, asumimos nuestra responsabilidad intergeneracional y confiamos que en red podemos generar un mundo mejor.
Somos buscadores de libertad. La creatividad es para nosotros un sinónimo de esa libertad. Por lo tanto, es el pilar central desde donde queremos construir. Valoramos las estructuras como medio para lograr la expresión de la creatividad y no como un fin en si mismo en el proceso de aprendizaje. Nuestra bandera es la innovación y no lo preestablecido. Nuestra meta es compartir y re-crear para innovar.
(este manifiesto fue inspirado por largas conversaciones y tertulias con personas visionarias e innovadoras, entre ellas datalove, delosriosadri, matiasjajaja y otros miembros conscientes e inconscientes de eltanke.org – gracias a todos por la inspiración) 😛