Hace un par de días fui a uno de esos bares famosos de Bogotá (esos que hacen pensar que no hay más bares a 1000 km a la redonda de lo llenos que están). Una vez logré adaptarme al calor y el gentío del segundo piso -que era el único en el que en realidad se estaba oyendo la música- se me paró enfrente una pelada a conversarme. Me preguntó cómo me llamaba y me dijo que me iba a presentar un amigo, que ella creía que era el “hombre de mi vida”.
Al principio no hice mucho caso, pero una de mis amigas inmediatamente se volteó y me dijo que **había que conocerlo todo** y -como andamos en la filosofía del “por qué no?”- accedí a ver quien era el personaje.
A los pocos minutos se acerca el personaje y me lo presentan… en menos de 2 segundos contados por reloj este hombre comienza – en un tono bastante alzadito- a reclamarme cosas: “usted por qué no me incluyó entre sus amigos de Facebook, usted me pidió que fuera su amigo…yo le mandé un mensaje y no contestó…!” (silencio por este lado) “…estuve revisando su perfil y usted tiene demasiados amigos!!!” (silencio y asombro por este lado) “…es más, ya conozco su hoja de vida, sé donde ha estudiado, le parece poquito?!!!” (silencio, asombro y un poco de terror por este lado). “…desde que la vi en facebook no he hecho sino pensar en usted…pero usted no ha hecho sino rechazarme!!!” (plop!)…usted tiene algún problema?
Y el personaje continúa regañándome en un tono agresivo porque yo no lo había incluido entre mis amigos de Facebook hasta que llegó uno de mis amigos gays y me le boté encima en un abrazo apasionado para que me salvara.
Poco a poco me fui dando cuenta de lo que estaba pasando… creo que el personaje y yo trabajamos por menos de un mes en el mismo lugar, él se acordaba de mi pero yo no de él (también me reclamó agresivamente por eso). Entré esa misma noche a Facebook para tratar de buscar alguna pista…me encontré un mensaje de este señor entre los primeros mensajes que recibí apenas abrí mi cuenta. Como no tenía ni idea de quien era, lo dejé pasar.
En ese momento no había revisado mis condiciones de privacidad y mi perfil, con toda la información estaba abierta a todo el mundo, amigos o no. Este personaje pudo hacer un recorrido por mis fotos, revisar uno a uno quienes eran mis amigos, hasta el punto de decirme en ese mensaje que no teníamos amigos en común…
Que extraña situación. Lo que menos me hubiera esperado del supuesto “hombre de mi vida” es que me hubiera agarrado a regaños durante 5 minutos…serán las nuevas formas de caerle a uno?
Por lo menos, lección aprendida…cada uno se debe hacer responsable de la información que sube a estos lugares. Así como las herramientas de redes sociales, como Facebook, empoderan a sus miembros para que puedan producir, subir, intercambiar y socializar información, son herramientas que exigen responsabilidad y autonomía en cuanto al nivel de privacidad que uno quiera mantener.
Aleatoria 